Los pacientes con urticaria crónica requieren un tratamiento efectivo. Este tratamiento debe ser precedido por un diagnóstico exhaustivo y una medición de la actividad, carga y control de la enfermedad, a través de herramientas adecuadas. El tratamiento debe ser ajustado de acuerdo a las necesidades del paciente y su respuesta terapéutica, basándose siempre en el principio «tanto como sea necesario, tan poco como sea posible» (en ese orden). Una vez que se alcanza el control de la enfermedad, se recomiendan intentos períodicos de reducción de la medicación para identificar una posible remisión. La urticaria crónica debe tratarse hasta que se dé esta remisión espontánea.