Altrichter S, Frischbutter S, Fok JS, Kolkhir P, Jiao Q, Skov PS, Metz M, Church MK, Maurer M.
J Allergy Clin Immunol. 2020 Mar 26. pii: S0091-6749(20)30406-1. doi: 10.1016/j.jaci.2020.03.005. [Artículo publicado electrónicamente antes que en versión impresa]
La urticaria crónica espontánea es una enfermedad de la piel provocada por los mastocitos y caracterizada por la aparición recurrente de ronchas pasajeras, angioedema o ambos durante más de 6 semanas. En estudios recientes se sugiere que los eosinófilos también pueden tener un papel importante en la sintomatología. En la urticaria, suele observarse una eosinopenia en la sangre periférica, a diferencia de otras patologías alérgicas e inflamatorias. En estudios histológicos, se ha demostrado la presencia de eosinófilos y gránulos de los eosinófilos en las lesiones de la urticaria. Pueden acentuar la urticaria de tres formas: en primer lugar, el factor de células madre (SCF) derivado de los eosinófilos fomenta el reclutamiento y la maduración local de mastocitos en los tejidos. En segundo lugar, las proteínas del eosinófilo, como la proteína básica principal, la proteína catiónica del eosinófilo y la peroxidasa del eosinófilo, pueden provocar la desgranulación de los mastocitos. Por último, los eosinófilos activados también expresan factor tisular, el principal iniciador de la cascada de coagulación que conduce a la formación de trombina. En la urticaria, la infiltración de eosinófilos puede contribuir a la formación de edemas en el tejido dérmico, pero también, junto con el aumento de mastocitos, prepara la piel para su curación.
Los tratamientos enfocados a reducir la acumulación y activación de los eosinófilos, como los anticuerpos humanizados anti-IL5 (mepolizumab, reslizumab y benralizumab) han demostrado su capacidad para reducir la urticaria crónica espontánea.