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Los antihistamínicos se prescriben comúnmente para el tratamiento de la rinitis alérgica y la urticaria. La cuantificación de su consumo es relevante en la práctica clínica, ya que su uso generalmente se asocia con síntomas graves. Además, el uso sintomático de antihistamínicos es un parámetro útil para evaluar la efectividad de la inmunoterapia con alérgenos. Sin embargo, el uso de un diario para registrar la cantidad de tabletas se descuida con frecuencia ya que los pacientes olvidan registrar la cantidad real de tabletas tomadas. Una escala analógica visual (VAS) mide la percepción del paciente de la gravedad de los síntomas, las emociones y el dolor.

La iniciativa ARIA (allergic rhinitis and its impact on asthma) ha estado desarrollando pautas para el tratamiento de la rinitis alérgica y el asma para garantizar el más alto nivel de mejores prácticas en entornos de la vida real, y ha evolucionado hacia vías de atención integrada utilizando tecnología móvil y más al manejo como la clave para proporcionar una vida activa y saludable a todos los pacientes con rinitis alérgica.

Hasta el 40% de la población mundial se ve afectada por la rinitis alérgica, que conlleva una carga importante para las personas y la sociedad. Los síntomas de la rinitis alérgica a menudo se autogestionan en el entorno de la farmacia comunitaria, con pacientes que subestiman sus síntomas y sobreestiman su capacidad para un autocontrol efectivo. En el mundo tecnológico actual, el uso de aplicaciones móviles se ha vuelto cada vez más popular y representa una herramienta prometedora para la gestión de diferentes condiciones.

La eosinofilia nasal en la citología nasal fue una buena herramienta de detección para diagnosticar rinitis alérgica local (RA) debido a su alta sensibilidad y simplicidad del procedimiento. Desafortunadamente, la baja especificidad de la eosinofilia nasal hace que la prueba de provocación nasal sea necesaria para la confirmación de LAR.